La receta del éxito para cocinar en familia

Una de las costumbres más extendidas entre las familias es la de comer juntos tres veces al día. Reunir a todos los miembros, incluido el au pair, para preparar la comida puede transformar lo que muchos consideran como una batalla en un momento constructivo gracias al trabajo en equipo.

La receta del éxito para cocinar en familia
, en Familias de acogida

Está comprobado que el reparto de tareas mejora la eficiencia en el trabajo. Aunque pasar de la teoría a la práctica no siempre resulta fácil, asignar las tareas adecuadamente durante la hora de la comida podría ser la clave del éxito. Una idea que no debemos pasar por alto cuando hablamos de cocina.

¿Mejor solo?

Cuando sólo se tienen 30 minutos para cocinar, involucrar a todos los miembros de la familia parece una pérdida de tiempo. Aprovechar el momento en que los niños están entretenidos viendo la televisión o jugando con la au pair es a priori lo más fácil para meterse en la cocina sin que nadie moleste.

Sin embargo, con la organización adecuada, reunir a todos los miembros de la familia en determinadas ocasiones, no sólo para comer sino también para cocinar juntos, puede fortalecer la relación de toda la familia, y en especial, la relación con el au pair. El truco está en saber aprovechar las habilidades de cada uno y repartir las tareas de forma adecuada a cada edad.

Una tarea para cada uno

Daniel, de 5 años, pone la mesa (a su manera, claro). Francine, de 8 años, corta la verdura mientras Clara, la au pair, hierve agua para la pasta y prepara el aliño de la ensalada. Mamá o papá van controlando la situación mientras ponen la carne en la sartén. La música que suena de fondo contribuye a crear una atmósfera familiar agradable. Todos están siendo útiles. Y, lo más importante, están compartiendo tiempo de calidad en familia.

La unión hace la fuerza

La habilidad para cocinar varía de un au pair a otro. Aunque el au pair no sea un experto, preparar la comida juntos brinda la oportunidad de enseñar y de aprender tanto a los niños como a los padres. Si el au pair tiene experiencia en los fogones, el intercambio cultural está asegurado. Si no, ponerse manos a la obra con él, bajo la supervisión de los padres, es la mejor manera para que poco a poco asuma mayor responsabilidad.

Cuando los niños son testigos y, a su vez, actores de esta experiencia en equipo con un objetivo común están aprendiendo una lección de vida: nadie es perfecto pero todos tenemos algo que aportar. El au pair sirve de inspiración a los niños indirectamente cuando se esfuerza y aprende algo nuevo.

Paso a paso

Con el tiempo, y una vez superados los temores de la primeras sesiones de cocina en familia, la situación será más fácil de manejar. Todos conocerán su función, que irán perfeccionando. Los padres deben hacer ver al au pair lo que esperan de él en la cocina para que éste sepa qué hacer cuando los padres no estén.

En cualquier caso, el primer paso es desechar la idea de que cocinar juntos sólo lleva a perder tiempo y que es mejor hacerlo solo. ¡Esa no es la actitud!

  • ¿Cómo gestionáis en casa el reparto de tareas?
  • ¿Qué técnicas utilizáis para que el au pair y los niños se involucren en las tareas de la cocina o en la limpieza?
  • ¿Os gustaría compartir con nosotros alguna foto de esos momentos o alguna receta en especial?

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