3 razones por las que ser au pair en una ciudad pequeña

Ser au pair en una ciudad pequeña tiene muchas ventajas. No tiene por qué ser siempre Londres. Maartje, au pair ahora en Inglaterra, nos da 3 razones por las que merece la pena ser au pair en una ciudad pequeña o pueblo.

La au pair Maartje divirtiéndose con sus niños
, en Au pairs

En agosto del año pasado decidí venirme a Inglaterra como au pair. Sin embargo, no me vine a Londres, Liverpool, Manchester u a otra de esas grandes ciudades. Me vine a Aldershot, un pueblo pequeño que está a una hora de Londres. 

Los au pairs, por lo general, buscan familia de acogida en una ciudad grande y en realidad, esto tiene sentido puesto que allí uno siempre tiene más oportunidades de conocer a otros au pairs. Además, tan sólo la idea de vivir en la maravillosa ciudad de Londres y pasear por delante del Big Ben con los niños mientras los llevas al colegio es una idea de ensueño.

No se puede negar que vivir en una ciudad grande está genial y además, es muy fácil encontrar familia de acogida. Sin embargo, hay ciertas cosas que te estás perdiendo.

Yo vengo de una ciudad pequeña de los Países Bajos y estaba deseando irme de allí. Me imaginaba siempre todas esas cosas que podría hacer en una ciudad grande. Sin embargo, me vine a un pueblo pequeño de Inglaterra y no puedo estar más contenta. Es cierto que me encanta cuando me voy en tren o en coche  a descubrir otras ciudades, pero siempre siento como un regociijo interno cada vez que veo el cartel de bienvenida a la ciudad de Aldershot. 

Éstas son tres razones por las que un au pair debería plantearse la idea de vivir su experiencia en una ciudad pequeña:

1. Adiós al agobio de la ciudad

El buscar una familia de acogida, tener adaptarse a nueva cultura y a un nuevo país puede llegar a agobiarte un poco, y sobre todo si es la primera vez te vas lejos de casa. Tan sólo la idea de irte a vivir a una ciudad grande y todo lo que ello conlleva, puede resultarte un tanto abrumador. 

2. Un alivio para tu bolsillo

Como ya sabemos, vivir en una ciudad grande no resulta muy económico. En Aldershot me ponen un desayuno completo, el famoso "English Breakfast", por menos de 4 libras. No me quiero ni imaginar cuánto pagaría por este mismo desayuno en Londres. En una ciudad pequeña siempre tienes más por el mismo dinero, y esto seguro que te viene bien para ahorrar algo y gastarlo en hacer algo interesante el fin de semana. 

3. Un mayor intercambio cultural

Una ciudad pequeña te ofrece la oportunidad de vivir en una Inglaterra vista desde el punto de vista de un inglés nativo. Por mucho que me guste Londres, reconozco que es una ciudad tan multicultural con tantísimos turistas que uno no puede hacerse a la idea de cómo es realmente el día a día de un autóctono de la zona. Otra de las razones por las que merece la pena vivir la estancia au pair en una ciudad pequeña es que todos en el pueblo se conocen y, por lo general, se ayudan el uno al otro. En el caso, por ejemplo, de que un niño se te pierda (como todo niño, a veces, salen corriendo), seguro que hay alguien por la zona que lo conoce y te lo lleve de vuelta.

Tengo que decir que he tenido mucha suerte ya que en Aldershot hay muchas au pairs. He hablado con otros au pairs de pueblos de alrededor y son ellos los únicos au pairs en su pueblo. A veces, tienes que explicar una y otra vez qué es un au pair y esto al final te resulta un tanto pesado. Además tampoco puedes desahogarse con otro au pair o familia de acogida cuando tienes un mal día. Sin embargo, la mayor ventaja es que te sumerjes más en la cultura del país ya que estás en contacto en todo momento con los autóctonos de la zona.

En general puedo decir que vivir la experiencia au pair en una ciudad pequeña es una de las mejores decisiones que uno puede tomar si lo que te interesa es vivir esa auténtica experiencia cultural en el extranjero y sumergirse verdaderamente en el aprendizaje del idioma. Para terminar, me gustaría deciros que la tomarse un año sabático como au pair es algo que merece la pena hacer.

Maartje van Sandwijk

Sobre la autora:
Maartje van Sandwijk, de 22 años, es traductora autónoma por el día y escritora por la noche.  Fan de Harry Potter, feminista, vegana y amante del café, los buenos libros, el arte y los viajes.