Tenemos muchas ganas de repetir esta experiencia

Iolanda, madre de acogida de España, acogió a una au pair de verano por primera vez. No solo sus hijos disfrutaron de la estancia. Ella y su marido descubrieron lo maravilloso que es vivir este intercambio cultural.

La au pair de Iolanda con sus hijos

Buscamos una au pair para el verano

El verano pasado empezamos nuestra aventura au pair ofreciéndonos como una familia simpática y atareada, con dos hijos pequeños que buscaba una chica para que nos echase una mano con nuestros hijos, y que, además, les ofreciera de primera mano un primer contacto con la lengua y la cultura francesa. Lo que empezaba con muchas ganas y ilusión, terminó felizmente, ya que el resultado rebasó de mucho nuestras mejores expectativas.

Lo que tenía que ser un intercambio cultural y de favores, acabó siendo el descubrimiento de una persona fantástica, que paso gran parte de sus horas dedicadas a nuestros hijos. Nuestro hijo mayor disfrutó de su verano, quedándose en casa en vez de asistir a la escuela, jugando en nuestro jardín, haciendo un montón de manualidades, aprendiendo a cocinar postres... de la mano de nuestra entusiasta au pair, Camille, que puso todo su empeño y amor en hacer de estos momentos, unos momentos inolvidables para nuestros hijos, y para toda la familia.

¿El secreto del éxito? Vivir el día a día juntos

Además, pudimos disfrutar de la compañía de Camille, durante la hora de la comida, compartiendo y explicándonos las diferencias y similitudes entre nuestros dos países. Los fines de semana los dedicamos a dar a conocer a nuestra au pair nuestro precioso país, nuestros bosques, nuestros campos, nuestra playa y por supuesto, nuestra capital, Barcelona.

Lo mejor, es que mientras enseñábamos todos estos sitios a Camille, a la vez, lo descubrían nuestros hijos, y también al mismo tiempo, nos permitía redescubrirlos a nosotros, ya que podíamos mirarlos des de la nueva perspectiva que nos aportaba nuestra au pair francesa. Después de un mes de convivencia, nuestra au pair se marcho llevándose un trocito de nuestro corazón, y dejándonos muchas ganas de repetir esta experiencia.

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